Orgasmo díptero

Vomitado por pldn el jueves, 3 de septiembre de 2009 a las 5:27

3 miedicas

Cicatrices: , , ,

La escopeta estaba cargada. Ellos, la culpa es toda de ellos. Yo sólo jugaba con mis moscas, las observaba volar a mi alrededor, posarse en mí, mover sus pequeñas patas, succionarme... el placer de ser chupado por una mosca es único, es ese hormigueo recorriendo tu piel, ese díptero orgasmo inenarrable. Me encantaba arrancarle las alas y dejarlas en el suelo, verlas moviéndose medio muertas, a otras les arrancaba algunas patas, me encantaba verlas moviéndose cojas y medio muertas, después las pisaba, espachurrándolas fuertemente contra la suela de mis zapatillas. Las que seguían vivas no se inmutaban por la muerte de sus compañeras, volaban a mi alrededor, se posaban, me chupaban y se iban, esas malditas putas de inviolables ojos.



Era un adolescente rebelde, un revolucionario mugriento y arisco. Con porquería bajo las uñas, con las encías sangrando e inflamadas a más no poder, con la misma ropa desde hacía bastantes días, con restos de semen seco en los pantalones, sin afeitarme, sin lavarme, encerrado en mi cuarto. Eso era yo, humeando sudor rancio, yo. El olor a mí atraía a las moscas, siempre venían; hasta que volvieron ellos. Con ellos las moscas se apropiaron de mi misantropía, se alejaron, desaparecieron, me dejaron solo con ese frío invernal. Fue por su culpa, sí, fue todo culpa de ellos.


A él lo maté al instante, a ella no. Sólo había que esperar a la noche y sorprenderlos dormidos. Y eso fue lo que hice, ellos me obligaron. La escopeta estaba en su armario, sabía que estaba allí, la había usado muchas veces antes. Cuando ella despertó sobresaltada por el ruido y encendió la luz, se topó con los sesos de su marido esparcidos por las sábanas y mi enorme escopeta apuntándole a la cara, es gracioso imaginarse la situación, recuerdo sus gritos, no volvió a haber silencio hasta que acabé con ella. Los humanos no son como las moscas, la mayoría no serían capaces de ver un cuerpo despedazado y completamente espachurrado tras haberle pasado un tren por encima, les afectan demasiado las muertes de los demás, seres debiluchos y perfectamente prescindibles. Le disparé a sus piernas, primero la derecha y luego la izquierda, el confortable colchón de látex se convirtió en un bonito colchón de sangre, me encantaba el olor a sangre fresca, todavía me encanta. La parte que más disfruté fue cuando, estando ella ya atada y completamente desnuda, vi una pequeña araña pasearse por la pared, ajena a todo lo que allí estaba sucediendo; la cogí con mis dedos y la coloqué junto a su clítoris, sus gritos y llantos enloquecieron, no sé si por placer o por dolor, disparé antes de preguntarle. A la araña la dejé vivir.


El resto de detalles puedes imaginártelos, estoy cansado de repetirlos siempre que cuento la historia. Ahora mismo diría que, a juzgar por tu cara, piensas que estoy más enfermo de lo que en un principio te parecía. Puede que tengas razón, pero no me importa, yo sólo quiero jugar de nuevo con mis moscas. ¿Y sabes qué?, la escopeta aún sigue cargada.

Un momento ajeno al resto

Vomitado por KnOx el domingo, 30 de agosto de 2009 a las 17:40

1 miedica

Cicatrices: ,

Porque siempre es mejor una imagen que mil palabras, y porque la locura hoy me dio la espalda; hoy las cosas serán diferentes.

Hoy es un día de apreciar lo simple, de saborear lo cotidiano. Un día donde la monotonía no existe.


Mañana ya volverán las cosas a su rutinaria normalidad.

La panofobia se define como un persistente, anormal e injustificado miedo a todo. Las personas que padecen de esta anormalidad psicológica experimentan miedo a todo, pero más precisamente temen morbosamente al miedo mismo. La panofobia, también llamada omnifobia, polifobia, pantofobia o panfobia, con frecuencia se encuentra como una condición secundaria de la esquizofrenia.

Últimos vómitos

Cicatrices

Panofóbicos 2008-2009 | PLDN, KnOx y una cucaracha radioactiva.