El 28 de diciembre me felicitaron la navidad, 2 segundos después me di cuenta de que tan sólo era una inocentada. No sé si catalogarlo de triste, o cómo encuadrarlo dentro de este cuadro abstracto de "costumbres" navideñas. Me gustan las navidades, me siento cual gacela libre por la estepa acechada por el consumismo incansable. Corre, corre, caballito.
Llevo aproximadamente una hora divagando sobre lo que voy a escribir a continuación, y no se me ocurre absolutamente nada. Los villancicos se están comiendo mi cerebro.
- No está nada bueno, amigo.- [...] pero le aseguro que el próximo plato estará de muerte.
31 de Diciembre de 2009, dentro de 2 años, posiblemente se acabe el mundo. A no ser que fuese todo una inocentada de los Mayas, que en ese caso, qué jachondos los tíos.
Escribir por escribir, para poder despedir el año con alguna gilipollez que quede para la posteridad. Digno de menospreciar. Feliz Borrachera de fin de año a todos, que para eso está.