Dr.Jekyll

Vomitado por KnOx el sábado, 14 de marzo de 2009 a las 15:52

1 miedica

Cicatrices:


Hoy me duele la garganta de aguantarme todas las cosas que debería haber dicho. Posiblemente acabaría en la misma situación si hubiera dicho todo lo que tuve que decir; Desgarraría mi voz hasta escupir sangre con cada uno de los fonemas que mi boca fuese capaz de articular: Escupir mierda, y escupiarla en tu cara.

Gritar, hacerme oir a kilometros de distancia, ensordecer el silencio, masticar cada silaba hasta convertirla en pasta; regurgitar palabras hasta la saciedad, hasta que ni yo mismo me comprenda, hasta que tú sí lo comprendas y te hartes de escucharme.

Desgraciadamente no tengo la suficiente capacidad de reacción para analizar en milésimas de segundo, lo que por una simple decisión podría cambiar el resto de los segundos que me quedan.

Tenía la intención de escribir algo realmente triste, pero saltando de sentimiento en sentimiento, me parece una auténtica gilipollez escribir sobre algo triste.Prefiero desahogarme, en cierto modo, y comportarme como un auténtico capullo. Porque ¿por qué dejar de ser un capuyo, si en verdad nadie sabe que lo eres?. Podría seguir disimulando durante años, más seguría comportandome como verdaderamente soy, sin que nadie se de cuenta.

Es el amor lo que me permite controlarme; eres tú la que hace que se oculte Dr Jekyll.

PD: hoy he soñado con elefantes rosas pintados con subrayador.

Ordo ad chaos

Vomitado por pldn el jueves, 12 de marzo de 2009 a las 2:38

1 miedica

Cicatrices:

Coches, coches, coches. Y personas. Todos moviéndose en su dirección. Todos. Las luces de los semáforos cambian. Rojo. Unos se paran, otros se mueven. Verde. Otros se paran, unos se mueven. Y yo mirando por la ventana. Es como observar una granja de hormigas. Predecibles. Anticipas cualquier movimiento. Nadie que se desvíe. Nada inesperado. Ayer chocaron dos coches. Sucede todas las semanas, nada importante. Ni siquiera eso altera este caos ordenado. Máquinas. Máquinas programadas para vivir. Instrucciones, rutinas, procesos. Semáforos. Coches.


A veces me da por pensar en qué sucedería si de repente apareciese de la nada, en medio de la carretera, un enorme elefante rosa con alas. Llamadme loco. Creo que no pasaría nada. Los más avispados serían capaces de verlo y exclamarían “¡oh!, ¡mira!, ¡un enorme elefante rosa con alas!”, el resto no se percataría de su existencia hasta que España Directo cubriese la noticia: “¿Los enormes elefantes rosas con alas existen? Después lo veremos, estén atentos”. Máquinas que viven sin importar su entorno. Hipocresía. Sólo importo yo, pero intento aparentar que lo que me rodea tiene importancia.


Siguen caminando, siguen conduciendo, siguen siendo previsibles. Esto es un aburrimiento. Los elefantes rosas no existen. Mañana iré a comprar pintura, color amarillo, amarillo subrayador. Un lunes ó martes a las tantas de la madrugada cuando no haya nadie de bien despierto escribiré un enorme PUTA en el asfalto. Que se lea bien desde las ventanas de mi edificio. Quizás ya haya quien se sorprenda al levantar las persianas por la mañana. Quizás no.

Compra un megáfono y espera a que sean las cuatro de la madrugada y todo esté en silencio. Sal a la calle y grita lo más fuerte que puedas un “¡aaaaahhhhh!, ¡es un ataque zombie!”. Habrás despertado a tus vecinos, habrás alterado el orden. Probablemente te llamen loco y acaben encerrándote, todo volverá a su caos, a su aburrido y ordenado caos. Y el ataque zombie proseguirá su curso.

La panofobia se define como un persistente, anormal e injustificado miedo a todo. Las personas que padecen de esta anormalidad psicológica experimentan miedo a todo, pero más precisamente temen morbosamente al miedo mismo. La panofobia, también llamada omnifobia, polifobia, pantofobia o panfobia, con frecuencia se encuentra como una condición secundaria de la esquizofrenia.

Últimos vómitos

Cicatrices

Panofóbicos 2008-2009 | PLDN, KnOx y una cucaracha radioactiva.