Ahora con un 5% más de fibra. Para cagarse bien en sus muertos.

La realidad es demasiado relativa como para comprenderla. Me gustaría ser sordo, mudo, cojo, calvo y pizzero. Estaría bien un poco de ceguera, pero ya nací sin ojos, para no parpadear. Algún miedo importante aparte de la panofobia, que la tengo casi superada, también sería interesante. Cierto es que no salgo de casa por la agorafobia, pero tampoco me quedo encerrado en mi cuarto. Vivo en el portal, y mi trabajo es comer tartas repletas de mentiras.

Cerveza, bercevaz, berzas, belcebú. ¡Bu!, el de Dragon Ball, ejemplo claro de que las chocolatinas adelgazantes funcionan. Ayer me comí no una, ni dos, ni tres, sino tres. Después vomité, creo que sufro emorexia. Que proviene del latín dislexia, lo que me recuerda el día que me caí de la bicicleta y esto me recuerda al título que he puesto. Casualidades de la vida. Las pipas huelen a subrayador.

Soy una mofeta disecada intentando ser cool. Vosotros unas muñecas nancy disgenésicas. Y no, no estoy borracho.

- Me gustas cuando callas porque no dices tonterías.

Esta entrada contiene mensajes subliminales escritos en circasiano cuando no miras hacia ella.