Masturbo las palabras con la yema de mis dedos. Tomando café rodeado de obreros, camareros y proxenetas que empiezan sus jornadas entre humo y soledad. Remuevo las penas con la cucharilla mientras el mundo gira a tu alrededor. Escondiendo la realidad tras la cortina de mis ojos, arrinconado en una mesa siempre al fondo. Observo cada gesto errante, perdido en la noción del tiempo. Caminando solo en el mañana, intentando romper la rutina. Fijo mis ojos en la nada hasta perder el sentido, hasta que el mundo muere. Ensuciando el viento con silencios ahogados. Dejo al papel llevarse mis recuerdos.
Parece que el sol tampoco saldrá hoy, es hora de sacar las alas. ¿Sabes volar?
Volar es el sueño del que se despierta en mitad de la noche, y cree que puede andar.