Y sabes que tengo razón. Da igual que seas el prototipo de ser civilizado que se atañe siempre a las normas que tu estúpida sociedad haya establecido, o que seas un mugriento revolucionario antisistema. Da igual que estés cuerdo o loco. Da igual que sigas todas las modas o seas independiente... ¿independiente?, escuchas música “independiente” hecha para masas, vistes ropa “independiente” hecha para masas, vas a garitos “independientes” donde no cabe un alfiler... ¿qué cojones tienes tú de independiente?. No eres más que una mota de polvo sin personalidad, incluso los ácaros tienen más libertad que tú.

Todos somos exactamente iguales, copia tras copia. Hasta este post no es más que la copia de la copia de otra copia, ningún pensamiento es único, nada es único, nadie es único. Las personas a las que idolatras son iguales que tú, las personas a las que repudias son iguales que tú, y así hasta cubrir a toda la población mundial. Nadie es distinto, la rareza se ha convertido en normalidad. Es por eso que a cada paso que des encontrarás a cientos de personas iguales que tú, con tus mismos pensamientos y con tus mismos gustos, es por eso que las “redes sociales” de la interné triunfan tanto y todos tienen miles de amigos agregados al feisbuc o al 20 en inglés, es por eso que el concepto de “tu media naranja” no tiene sentido alguno. Es por eso por lo que no destacas en nada. Eres normal, eres mediocre. Y nadie va a cambiar tu mundo, nadie puede cambiar tu mundo.

Piensa lo que quieras, tanto da. No eres más que uno más. No eres nada. Morirás asfixiado por la soga de la felicidad; la felicidad... el invento que te ha esclavizado. Quizás tú te creas libre, quizás te creas distinto. Pero dime: ¿qué tienes de distinto?

No sois un hermoso copo de nieve individual. Estáis hechos de la misma materia orgánica corrompible que todos los demás, y todos formamos parte del mismo montón de abono. Nuestra civilización nos ha hecho a todos iguales. Ya nadie es totalmente rico, o blanco, o negro. Todos queremos lo mismo. Como individuos no somos nada

“Club de lucha”, de Chuck Palahniuk.